Gracias al uso de drones en la agricultura, las empresas agrícolas pueden satisfacer la demanda cada vez más cambiante y exigente, que obliga a los agricultores a tener que tomar decisiones complejas de las que depende el éxito de sus cosechas. Y es que las pequeñas aeronaves no tripuladas están suponiendo un avance importante en la agricultura de precisión.
Los drones agrícolas están dotados con cámaras con potentes sensores capaces de recopilar datos útiles sobre las condiciones del suelo, tanto su calidad como la deficiencia de nitrógeno o, incluso, las zonas muertas del propio suelo.
La toma de datos es posible gracias a la termografía, la tecnología multiespectral e hiperespectral.
Esta información ayuda al agricultor a poner en marcha programas de plantación y manejo de los cultivos de manera mucho más eficiente.
Control de enfermedades y malezas
Con una tecnología similar a la utilizada para analizar el suelo, los drones son capaces de detectar con mucha precisión las enfermedades que sufren los cultivos herbáceos, además de encontrar malezas que pueden ser las causantes de estos problemas.
La información que recoge el dron es analizada por el software, seleccionando los cultivos dañados sobre los que aplicar medidas de control de alta precisión.
Y en las plantaciones de árboles, además de identificar los ejemplares dañados, el dron puede etiquetarlos con la enfermedad que padecen.
Una de las ventajas de los drones que hacen este trabajo, es que pueden detectar y diagnosticar a tiempo problemas de infecciones, antes de que se extiendan y se conviertan en una complicación generalizada de toda la plantación.
Fumigación de los campos
La fumigación aérea con drones es uno de los usos más utilizados por muchas industrias agrícolas. Y es que los cultivos, para mantener un rendimiento óptimo, necesitan de la fumigación, ya sea con pesticidas o fertilizantes.
Hasta ahora, era algo que se hacía o bien de forma manual o con ayuda de aviones. Cualquiera de estas dos soluciones son mucho más costosas para el agricultor, que no puede perder de vista la optimización de sus costes de producción.
La principal ventaja de la fumigación de los cultivos con drones, además del ahorro en tiempo, es la optimización de los productos aplicados. Y es que los RPAS pulverizan la cantidad óptima de manera constante, y sin solapar parcelas; algo muy complicado de conseguir con la fumigación tradicional.
Los drones pueden equiparse con depósitos de fertilizantes, fitosanitarios, herbicidas o pesticidas para rociar los campos. Además, el operador del drone puede programar los vuelos tanto en horarios concretos como marcando rutas específicas.